Fernando Reyes Matta

TLC con EEUU y fallo de La Haya: puntos en común

Por: Fernando Reyes Matta | Publicado: Viernes 7 de febrero de 2014 a las 05:00 hrs.
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Fernando Reyes

Casi coincidieron en el mismo día: el 27 de enero supimos del fallo de La Haya, el 30 fue el seminario (todo un éxito) para conmemorar los 10 años de vigencia del Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos. Y al pensar en ambos hechos en conjunto se advierten concordancias que nos dan fuerza como país.



Por una parte, la vocación de vivir en el mundo bajo normas y reglas que determinen una mejor convivencia con los otros. Es cierto que correspondió al gobierno de Ricardo Lagos activar la negociación final y sacar adelante ese TLC, primero con Clinton y luego con Bush. Pero también es cierto que aquello venía de atrás como propósito, y ahí están en la historia de este proceso los nombres del ministro Alejandro Foxley y del propio Presidente Eduardo Frei.

Sin embargo, como se recordó en el seminario organizado por Amcham y la Direcon, la firma del TLC con Estados Unidos se vio cruzada por la ofensiva de esa potencia para invadir Irak. Bush buscó la aprobación del Consejo de Seguridad, del cual era parte Chile en el periodo 2003-2004, y desde acá, con firme convicción aunque reconociendo el riesgo, el Presidente Lagos dijo que no. Aún había posibilidades de investigar más la situación y evitar el conflicto armado. Pero, más allá de eso, lo que Chile dijo es que todo conflicto debe resolverse dentro del multilateralismo y sus organismos pertinentes. Lo otro era dar legitimidad al poder y la fuerza. Y lo que Chile necesita es que el mundo se estructure bajo derechos y normas de respeto mutuo. Sabemos la historia, al final no había armas químicas en Irak y la experiencia mostró al Pentágono que a veces es fácil ganar la guerra, pero difícil ganar la paz.

Pocos meses después, en Miami, Robert Zoellick (presente en estos días en Chile para dicho seminario), responsable entonces de Comercio de EEUU, y la canciller Soledad Alvear firmaban el acuerdo. ¿Qué lecciones dejaba aquella experiencia? Una esencial: que el país ganaba presencia si concurría al escenario internacional con seriedad, con convicciones sólidas y respeto al derecho internacional.

Y ese es un patrimonio que cuidar siempre. Los tiempos de globalización pueden traer cada tanto nuevos desafíos y peligros. Mañana nos pueden cuestionar el ingreso de las manzanas en un determinado mercado aludiendo que éstas deben pagar patente porque alguien, muy avivado, inscribió sus características genéticas. O que determinada exportación de vino ya pasó por dos puertos y no tiene permisos para un tercero, aunque haya estado en tránsito. La interacción internacional y la interdependencia obligan a estar muy atentos, usando con rigurosidad el derecho internacional mientras se sostiene una presencia política fuerte y clara.

Y eso mismo está presente en la actitud de Chile frente al fallo de la Corte Internacional de La Haya. Dijimos que respetaríamos lo que allí se decidiera. Y así lo han reiterado nuestras autoridades y todos los Poderes del Estado. Pero también cabe ser firme en que, si hemos concurrido de buena fe a una instancia internacional, no estamos disponibles para usos abusivos derivados de aquello.

Cuando firmamos el TLC lo hicimos para crear un marco legal de comercio libre, no para apoyar también una acción bélica extra derecho internacional.

Cuando aceptamos el fallo -que reconoce nuestras tesis del Hito 1 y el paralelo como frontera, más allá del quiebre inentendible en la milla 80- reiteramos seriedad, pero no cabe estar disponibles para un abuso como el alegato peruano por el denominado triángulo terrestre. Los detalles están en la prensa, dando cuenta del ruido levantado por Perú por ese espacio poco más grande que una cancha de fútbol, todo ello cuando el Tribunal ha reconocido claramente la referencia del Hito 1 y su proyección.

Conclusión: nuestras contrapartes deben saber que Chile busca, promueve y quiere el derecho internacional, porque nos fortalece. Pero que no aceptamos tergiversaciones abusivas. Con ellas no se construye futuro.

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